Reducir la ansiedad social mediante el entrenamiento en habilidades sociales

Hablar en público es algo que no a todo el mundo se le da bien. Nerviosismo, tensión, miedo, ansiedad… Tener algo de ansiedad en una sociedad como la de hoy es completamente normal, sin embargo, un exceso de esta puede resultar problemático y puede repercutir en nuestra vida social. La falta de experiencia en este tipo de situaciones puede hacer que, con el tiempo, nos cuestionemos nuestra valía y esto influiría directamente en nuestro nivel de autoestima. Por eso, el entrenamiento de este tipo de situaciones sociales podría mejorar nuestro autoconcepto al mismo tiempo que reduciría nuestro nivel de ansiedad.

Ansiedad, ¿Qué es?

Entendemos como ansiedad al conjunto de reacciones caracterizadas por la activación del sistema nervioso que se producen en nuestro cuerpo ante una serie de situaciones tensas, frustrantes y/o de incertidumbre.

Ansiedad Social

Muchas situaciones que provocan ansiedad suelen estar relacionadas en gran medida con nuestra vida social. Interactuar con otras personas, hablar en público o negarse a una petición son las habilidades sociales por las que más se pide ayuda en terapia hoy en día. Hay casos en las que el hecho de salir a la calle genera un elevado nivel de malestar. Sufrir algo de ansiedad social es muy común, pero cuando los niveles son elevados se convierte en un problema. ¿Qué sucedería si entrenásemos las habilidades sociales?

Relación entre habilidades sociales y ansiedad social

Un grupo de estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid realizó un trabajo en el cual aplicaban técnicas de entrenamiento en habilidades sociales a personas con niveles elevados de ansiedad para después comprobar si al mejorar o adquirir estas habilidades se reducían estos niveles.

Los sujetos con ansiedad rellenaron varios cuestionarios con los que se midieron sus puntuaciones en ansiedad y habilidades sociales. Luego se les entrenó en diferentes campos de estas habilidades como puede ser hablar en público, iniciar conversaciones, lectura y comprensión del lenguaje corporal o habilidades para decir “NO”, entre otras. Tras varias sesiones de entrenamiento se volvieron a pasar los mismos cuestionarios para medir la ansiedad y las habilidades.

Los resultados mostraron que los sujetos redujeron considerablemente los niveles de ansiedad al mismo tiempo que mejoraron en casi todas las habilidades sociales en las que habían sido entrenados.

Aunque esta investigación fue solo un pequeño trabajo con un número reducido de personas y hay varios puntos que mejorar, no podemos ignorar que las habilidades sociales son algo que influye directa e indirectamente en nuestra salud emocional.

Perder el miedo escénico, romper el hielo en una conversación o aprender a decir “NO” son destrezas a las que hay que dar gran importancia si queremos aumentar nuestra confianza y con ello mejorar nuestra autoestima. Trabajar esta parte de nosotros reduciría nuestros niveles de estrés y ansiedad, por lo tanto, todo el tiempo que se invierta en mejorar las habilidades para relacionarse será tiempo bien invertido.

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