Reduce la ansiedad y mejora tu calidad de vida: consejos sencillos de un psicólogo

Nos movemos en una sociedad en la que todo gira cada vez más deprisa. Hay empresas que pueden llevar cualquier tipo de producto a la puerta de tu casa en menos de 24 horas. En las redes sociales, todos suben su mejor foto y los «likes» aumentan, lo que provoca una micro dosis de dopamina en el cerebro, y con ello, un aumento de la falsa autoestima. ¿Qué pasaría si esa empresa no te entrega el producto inmediatamente? ¿Cómo te sentirías si la foto que publicaste en Instagram no recibiera ningún «like»?

Estamos acostumbrados a un ritmo de vida donde se premia la inmediatez y la rapidez, y si no obtenemos lo que deseado de inmediato, nos genera ansiedad.

Es importante destacar que la ansiedad es una emoción completamente necesaria para el ser humano. Sin embargo, el exceso de ansiedad a largo plazo resulta desadaptativo y perjudicial para la salud.

La ansiedad puede ser positiva cuando ayuda en el desarrollo de determinadas tareas. No obstante, diremos que es perjudicial si se mantiene en el tiempo y genera malestar.

La ansiedad por desarrollo suele aparecer en tareas que conllevan alta exigencia. Normalmente este tipo de tareas suele estar relacionado con temas de trabajo, estudios o preparación física. Llamaremos ansiedad anticipatoria al tipo de ansiedad que aparece en los casos en los que se intenta controlar todas las posibles adversidades que se puedan presentar en un futuro. Ambos tipos de ansiedad pueden ser perjudiciales y positivas. La clave es el tiempo, la intensidad y el nivel de malestar con el que se presenta.

Estos son solo algunos de los posibles tipos de ansiedad que podemos encontrar, pero ¿Qué técnicas se pueden usar para gestionar la ansiedad?

Técnicas para gestionar la ansiedad

Es importante tener en cuenta que cada tipo de ansiedad y cada persona es diferente, por lo que quizá el tratamiento también deba ser individual. Mientras tanto, aquí comentamos algunas técnicas que pueden servir para reducir el nivel de ansiedad. Si no se obtiene el resultado deseado, lo mejor es acudir a un psicólogo, quien ofrecerá ayuda profesional y un plan individualizado y ajustado a cada caso.

Ejercicios de respiración profunda

La respiración es el medio de conexión entre el cuerpo y la mente. Mediante el control de la respiración, se envía al cerebro la orden o señal que provoca la respuesta de relajación. La respiración profunda diafragmática es una de las técnicas más utilizadas para gestionar la ansiedad. Practicar los ejercicios de respiración todos los días es un método muy eficaz para reducir los niveles de activación y ansiedad generados por el ritmo de vida actual. Es aconsejable llevar un registro de los días que se practica y de los niveles de ansiedad antes y después de realizarlo.

Ejercicio físico

Realizar ejercicio físico favorece la liberación de endorfinas, que generan bienestar y reducen la hormona del estrés, conocida como cortisol. Practicar ejercicio estabiliza el sistema nervioso y regula los ciclos del sueño, lo que genera un sueño más reparador y ayuda a disminuir los niveles de ansiedad.

Higiene del sueño

No beber alcohol ni café 6 horas antes de dormir, irse a la cama a una hora prudente, no hacer cenas copiosas o evitar usar el móvil en la cama son solo algunos consejos que pueden convertir las horas de descanso en un sueño más reparador. Tener una buena higiene del sueño favorece un buen descanso y esto se traduce en un sistema nervioso más equilibrado y preparado para afrontar las situaciones estresantes del día a día.  

Meditación

Al igual que con la respiración profunda, la meditación es una de las prácticas con evidencia científica más utilizadas para el manejo y control de la ansiedad. Técnicas como el mindfulness han demostrado reducir el cortisol en sangre y los niveles de estrés y ansiedad considerablemente. La práctica continuada y distribuida en el tiempo es, posiblemente, el método natural que mejores resultados ha obtenido a la hora de controlar la ansiedad.

Alimentación y estimulantes

El consumo de azucares simples y grasas trans se ha convertido en la dieta por excelencia de las personas que no tienen tiempo para dedicarse a sí mismos. Este tipo de alimentos producen un pico de azúcar en sangre muy elevado y junto a ello aparece una considerable subida de insulina. Por otro lado, el té, el mate o el café son bebidas que, debido a la cafeína, generan un estado de activación que puede llevar a un aumento en los niveles de ansiedad. Por tanto, es importante cuidar nuestra alimentación y evitar aquellos alimentos y bebidas que puedan exacerbar nuestra ansiedad.

En resumen, existen diversas técnicas que pueden ayudarnos a controlar y reducir los niveles de ansiedad en nuestra vida diaria. Es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y que puede ser necesario buscar ayuda profesional si los síntomas de ansiedad persisten o afectan significativamente nuestra calidad de vida

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