Meditación para niños: ‘Quieto como una ranita’ para reducir la ansiedad de tu hijo

Origen de «quieto como una ranita»: meditación para niños

La técnica «quieto como una ranita» es parte de un enfoque de atención plena y meditación dirigido a los niños. Fue popularizada por Eline Snel, una terapeuta y autora holandesa, en su libro «Tranquilos y atentos como una rana: La meditación para los niños…con sus padres». El libro fue publicado por primera vez en 2011 y desde entonces ha sido ampliamente utilizado por padres, educadores y profesionales de la salud para enseñar a los niños a ser conscientes y calmados.

Eline Snel desarrolló esta técnica basándose en sus conocimientos de mindfulness y su experiencia en la enseñanza de la meditación a los niños. Su objetivo era adaptar las prácticas de atención plena para que fueran accesibles y atractivas para los más pequeños, utilizando la imagen de una ranita como metáfora para enseñarles a estar tranquilos y presentes en el momento.

Desde su publicación, el enfoque de «quieto como una ranita» ha ganado popularidad en todo el mundo y se ha utilizado en escuelas, consultorios terapéuticos y hogares para ayudar a los niños a desarrollar habilidades de atención y manejo del estrés. Aunque la técnica en sí misma no es una invención reciente, la adaptación y difusión realizada por Eline Snel ha sido fundamental para su popularización y aplicación práctica en la educación y crianza de los niños.

Objetivo de la técnica de meditación para niños

La técnica «quieto como una ranita» se basa en la imagen de una ranita que se queda quieta y en silencio en un lago. En lugar de saltar de un pensamiento a otro o dejarse llevar por la agitación de la mente, se invita a los niños (y también a los adultos) a adoptar la postura de la ranita y estar quietos y alertas.

El objetivo principal de esta técnica es ayudar a desarrollar la capacidad de estar presentes en el momento y cultivar la calma y la atención. Se suele practicar sentándose en una posición cómoda, con la columna recta y los ojos cerrados o mirando hacia abajo. Luego, se invita a los participantes a prestar atención a su respiración, al igual que una ranita está atenta a lo que sucede a su alrededor.

Durante la práctica, es normal que la mente divague o que surjan pensamientos y emociones. La idea es reconocerlos, pero no engancharse en ellos y volver suavemente a la respiración.

Beneficios del uso de la meditación en niños

Esta técnica ha demostrado ser beneficiosa para ayudar a los niños a reducir la ansiedad y el estrés, aumentar la concentración y mejorar su bienestar emocional. También puede ser útil para los adultos que deseen incorporar la meditación y la atención plena en su vida diaria.

Explicación paso a paso de cómo realizar la técnica

Encuentra un lugar tranquilo: Busca un lugar tranquilo y cómodo donde puedan practicar juntos sin distracciones. Puede ser en una habitación tranquila de la casa o al aire libre en un lugar apacible.

Adopta una postura cómoda: Siéntense en el suelo o en una silla de manera cómoda. Pueden cruzar las piernas o simplemente colocar los pies en el suelo. Asegúrense de mantener la espalda recta, como si fueran una ranita erguida.

Explícale la técnica: Describe al niño la imagen de una ranita que se queda quieta y en silencio en un lago. Explícale que van a practicar cómo estar tranquilos y atentos, al igual que la ranita.

Respiración tranquila: Pídele al niño que cierre los ojos suavemente y respire profunda y lentamente. Anímalo a prestar atención a su respiración, sintiendo cómo el aire entra y sale de su cuerpo. Puedes decirle que imagine que está respirando como una ranita tranquila.

Observa las sensaciones: Invita al niño a notar las sensaciones en su cuerpo mientras respira. Pregúntale cómo se siente su cuerpo al inhalar y exhalar, si nota alguna parte que se relaja o alguna sensación especial.

Atención plena: Explícale que, al igual que la ranita, van a estar atentos a lo que sucede en su mente y en su entorno. Puedes guiar al niño para que observe los sonidos que escucha, las sensaciones en su cuerpo y los pensamientos que llegan y se van.

Vuelta a la respiración: Si el niño se distrae o se dispersa, anímalo a volver a la respiración, como una ranita que se enfoca en su entorno. Ayúdalo a reconocer los pensamientos o distracciones sin juzgarlos y a regresar suavemente a la respiración.

Termina la práctica: Después de unos minutos, abre suavemente los ojos y tómate un momento para estirar el cuerpo. Pregunta al niño cómo se siente después de la práctica y anímalo a expresar cualquier experiencia que haya tenido.

Recuerda que la práctica de «quieto como una ranita» puede adaptarse según la edad y las necesidades del niño. Es importante ser paciente y permitir que el niño explore y experimente la técnica a su propio ritmo. A medida que practiquen juntos regularmente, el niño puede desarrollar habilidades de atención plena y autocontrol que le serán útiles en su vida cotidiana.

En conclusión, la técnica «quieto como una ranita» ha demostrado ser una herramienta poderosa para ayudar a los niños a cultivar la atención plena, la calma y la concentración. Gracias a la adaptación realizada por Eline Snel, esta práctica se ha difundido ampliamente y ha sido acogida tanto por padres como por educadores y profesionales de la salud en todo el mundo.

La imagen de una ranita quieta y alerta en un lago se ha convertido en una metáfora valiosa para enseñar a los niños a permanecer presentes en el momento, a observar sus pensamientos y emociones sin juzgarlos y a regresar suavemente a la respiración. A través de la práctica regular de «quieto como una ranita», los niños pueden fortalecer su capacidad de enfocar la atención, manejar el estrés y encontrar un mayor equilibrio emocional.

Es importante destacar que esta técnica no solo beneficia a los niños, sino también a los adultos que deseen incorporar la meditación y la atención plena en su vida diaria. Al practicar junto a los niños, los adultos pueden experimentar los efectos positivos de la calma, la claridad mental y el bienestar emocional.

En un mundo cada vez más acelerado y lleno de distracciones, la técnica «quieto como una ranita» nos brinda una herramienta valiosa para ayudar a los niños a encontrar momentos de tranquilidad y conexión con ellos mismos. Al fomentar la atención plena desde una edad temprana, estamos proporcionando a los niños habilidades fundamentales para su desarrollo personal y emocional a lo largo de su vida.

En última instancia, «quieto como una ranita» nos recuerda la importancia de tomarnos un momento para detenernos, respirar y estar plenamente presentes. Es un recordatorio valioso tanto para los niños como para los adultos de que la paz y la calma están siempre a nuestro alcance, simplemente debemos aprender a cultivarlas con atención y práctica.

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